miércoles, 30 de enero de 2019
Letras, palabras y textos
sábado, 5 de enero de 2019
El día que casi veo a los Reyes Magos
Ese día estaba decidido, los iba a esperar y por fin los iba a ver. Además, venían con los camellos. Yo pensaba “¿Como no voy a ver tres camellos? ¡Son enormes!” Había visto unos en el zoológico y realmente eran inmensos, aunque los del zoológico eran de una sola joroba. Me dijeron que los camellos de los Reyes Magos tenian dos jorobas y eran un poco más grandes. Más a mí favor, los tengo que ver. Se me puede escapar el negro Baltazar en la oscuridad, pensé, pero con la ropa de colores igual lo tengo que ver.
Esa noche los podía sorprender mientras me dejaban el regalo. Eran tres Reyes Magos, tres camellos, más las bolsas de regalos. Un quilombo bárbaro en el patio trasero de casa. Era "la oportunidad".
Preparé el pasto, corte mucho, lo puse en una palangana violeta de plástico que había en mí casa. No estaba seguro de usarla, porque si uno de los camellos la pisaba y la rompía, mí mamá seguro me iba a decir algo. Siempre la usaba para poner la ropa para colgar, pero me arriesgué. Los camellos siempre fueron muy cuidadosos, nunca rompieron nada. En otro balde grande con manija puse el agua. A la ofrenda le sumé mis zapatillas topper blancas, la carta y listo.
Dejé todo en el patio de atrás de casa, en el mismo lugar donde intentaba cazar pajaritos. A ellos los veía, aunque nunca agarré ni uno. Les ponía el alpiste que le robaba a mi abuelo, acomodaba una caja de cartón levantada de un costado con un palito y un hilo atado al palo. En ese lugar ahora estaba poniendo las cosas para los Reyes. Esa noche me quedé despierto, vigilando desde la ventana de la que tiraba del hilo cuando cazaba.
Mí papá se acercó y me dijo: “¿Que hacés? ¿Los querés ver? Mirá que es difícil, no te olvides que son Magos.” Lo miré y le dije que si, que me iba a quedar ahí, toda la noche en silencio hasta que vengan. Él se sonrió, me acarició la cabeza y me dijo "Bueno, yo me voy a dormir."
Apagué todas las luces y me quedé esperando. No sé cuánto tiempo pasó, pero al final me dormí. Amanecí en mí cama. Cuando me desperté, sobresaltado, salí corriendo hacia mí puesto de guardia en la ventana. Me asomé y estaban los regalos. ¡No! ¡otra vez no!
Los camellos se habían tomado el agua, habían comido el pasto y por suerte no habían roto la palangana violeta de mí mamá. Eso me daba tranquilidad.
El único problema es que iba a tener que esperar otro año. Pero, al menos, tenía tiempo para pensar mejor el plan.
viernes, 4 de enero de 2019
Prefiero no cruzarme con una Araña
El recuerdo me vino anoche, después de bañarme. Salí mojado y desnudo de la ducha, agarré un toallón para secarme y salió de entre los pliegues del toallón una araña de unos tres centímetros de diámetro. Patas finitas y largas, cuerpo oscuro y bastante grande, un bicho respetable, de proporciones que requieren de cierto estado de alerta.
La araña de anoche me recordó aquella de la pileta del lavadero, un piletón de cemento, de los de antes, con los bordes principales redondeados. De esos que las abuelas usaban para lavar la ropa, fregándola contra la tabla de madera. Esta pileta que les cuento era lo suficientemente amplia como para que un nene cupiera cómodo en su interior
Ya desnudo, me abrazaron, y me levantaron para meterme dentro de mi jacuzzi. Pero ahí estaba ella, para mí una tarántula. Una araña de proporciones épicas, como salida de un cuento de ciencia ficción. Era marrón muy oscuro, casi negra. Tenía las patas largas, llenas de pelitos. Estaba paradita en el agujero del desagote, quieta, expectante. Esperando a su presa, un nene desnudo por bañarse. Claramente no entrábamos ahí los dos, mi cara de espanto lo decía todo.
- "Yo ahí no entro".
Me dejaron en el piso y la mataron poniendo el tapón, quedó atrapada en el desagote. Era tan grande que las patas sobresalían de la circunferencia uno o dos centímetros.
Asi, como se escriben las grandes hazañas, les cuento que pude salir del baño sin tanto orgullo. Porque pensandolo bien, al fin de cuentas, mi reacción fue puro prejuicio.
Miguel “el Chango” García vuelve a los escenarios
El compositor y cantante Miguel García presentará su música solista por primera vez en Gibson Bar, Macias 589, Adrogué, Buenos Aires. La ci...
-
El último sábado la categoría U13 de Guillón Básquet le ganó 45 a 42 a Villa España en Berazategui por la liga de FEBAMBA. El equipo naranja...
-
Cuando uno es joven no piensa en lo que va a v enir mañana. A los 20 años, por poner una edad caprichosa y sin sustento, uno cree que nunca...
-
El coach surgió en la zona sur del Gran Buenos Aires. Trabajó con el básquet en España y México y busca ganar experiencia para ser entrenado...